miércoles, noviembre 05, 2008

región de aquéllas...


99 días en Coyhaique, 99 días en la Región de Aysén. Casi 100 jornadas de laburo en la radio, casi 100 amaneceres lejos de mi lugar.
Ha sido un tiempo de paso presuroso, tengo la fuerte sensación de que los días en este lugar del mundo transcurren con mayor celeridad que en el Puerto. Debe ser que el frío nos hace querer estar temprano bajo abrigo, que las horas de trabajo son intensas, que las noches el cuerpo pide descanso y que la mente aun está algo dispersa.
Tambien tengo la fuerte intuición de que los meses pasarán sin que me detenga en ellos, y así, no sé cuanto tiempo permaneceré en la Patagonia y hasta ahora no me preocupa saberlo, todavía no necesito esa certeza que solo vendrá de mi finalmente, eso pienso ahora al menos.
Y es que esas mañanas, donde la vista se torna de un blanco nieve, donde uno puede caminar tranquilamente a cualquier lugar, donde el tráfico casi no existe y donde las micros por fin me abandonaron, tienen un valor que quizás en parte ya había calculado ante la ausencia de ellos mismos y la existencia de sus opuestos.
Pero hoy hice una pausa, no la primera pero la verdad es que han sido muy pocas, y sentí que no debía estar acá, que en ese otro lugar, que es “mi” otro lugar, alguien me necesitaba…

Sé que está bien que me haya venido, que haya hecho maletas, que me haya despedido. Siento que me ha hecho bien, que retomo las riendas de mi vida, de mi quehacer, esas que había dejado descansar por tanto tiempo.
Además, en este lugar de la Patagonia Chilena, las cosas que uno puede hacer son tan bien recibidas que uno hasta puede cometer ese pequeño acto de soberbia de sentirse útil…

sábado, julio 05, 2008

SOLO PARA ESCUCHAR...

ADELE - CRAZY FOR YOU

sábado, febrero 16, 2008

hoy no hay títulos

Hoy es uno de esos días, y una de esas noches, en las que uno ve sólo lo terrible de uno mismo. Donde se amplía la mediocridad relativa y se transforma en una decepción absoluta. Y pienso que no tengo vida, lloro porque estoy implacablemente sola, me siento más fea que otros días, odio y envidio a los con mejor suerte y me entrego a esas tristes canciones de siempre. Me taimo, trato de no dirigir palabra alguna a los que merodean, tampoco los miro a los ojos porque no estoy segura de querer evidenciar tanto mi malestar, pena, rabia, decepción. Pero en realidad, lo unico que quiero es algo de ...no sé cómo llamarlo...no sé si es empatía...tal vez una voz fuerte que me diga que ya está bueno de tener lástima por uno mismo. Sí, una voz que me rete, que haga salir toda esa rabia y que transforme esta pena muda en otra cosa,en un grito, en un llanto terrible... en algo.

viernes, enero 11, 2008

Antes de arrancar, un par de puntos que establecer

- Que mi incursión en la radio, sin ser brillante por cierto, fue por lejos una de las cosas más importantes de 2007, porque de alguna forma me devolvió las ganas de hacer algo y, sólo pequeñamente, me hizo intentar recobrar la confianza en mí.
- Que lamento que haya sido un año de proyectos que sólo estuvieron en mi mente y que, no sé si es bueno o es malo, siguen estando sólo en mi mente.
- Que 2007 fue un año de bastante soledad, que fui al cine sola, que fui a conciertos sola, que llore sola, pero como aun no me emborracho en solitario la cosa no fue tan terrible.
- Que hasta el momento, 2007 fue el año en el que disfruté del mayor poder adquisitivo de mi historia.
- Que leí menos que los últimos años.
- Que dejé de seguir teleseries.
- Que según mi memoria, sólo estuve con un hombre.
- Que no me enamoré.
- Que tampoco alguien se enamoró de mí.
- Que madrugué semanas y meses, lo que me convierte en una adulta joven.
- Que de los 365 días por lo menos me bañé 350.
- Que vi y escuché a Aznar en primera fila por monto cero.
- Que sentí envidia de la gente feliz.
- Que desarrollé un miedo a las escaleras de peldaños angostos y un terror a las pasarelas.
- Que creí que este sería mi año y descubrí que no lo fue.
- Que quiero tener otro trabajo para 2008 o, por lo menos, antes de que termine.
- Que quiero un compañero para este año.
- Que deseo, de una vez por ninguna, encontrar ese arrojo.
- Que no quiero seguir sin piloto porque me cansé.
- Que este año estaría bueno hacer una inversión en mi misma, ir al nutricionista y meterme a un gimnasio.
- Que debo cuidar a las personas que me van quedando, que por suerte no son tan pocas y por fortuna son como son.
- Que me seguirá molestando la gente que incomoda, la gente que habla mucho de plata y que llora porque no la tiene o se jacta de tenerla en abundancia.
- Que seguiré apartando de mi vida a la gente fome, deshonesta, hedionda, floja, mal intencionada, miedosa, sumisa. También a la gente que pudiendo hablar bien no lo haga y todo aquel que escriba con imperdonables faltas de ortografía.
- Que admito que hoy me gusta ir al supermercado más que ayer.
- Que me siguen atrayendo los hombres menores…qué puedo hacer!
- Que no quiero dejar de creer en todo porque necesito guardar alguna suerte de esperanza.
- Que trataré de no encontrar siempre todo tan malo.
- Que seguiré pensando, a pesar de esos patéticos personajes que hemos de conocer, que las personas no son tan terribles, sólo ignorantes, carentes, presumidas, inseguras, imperfectas.
- Que seguiré odiando, poniendo objeciones y levantando la voz si es preciso.
- Que seguiré sintiendo pena. Que seguiré llorando.
- Que no dejaré el cigarrillo, no pararé de escribir sea con la intensidad que sea y que seguiré buscando otros licores que curen.
- Que terminaré los libros inconclusos.
- Que juntaré dinero.
- Que dejaré que mi pelo crezca y no volverá a estar tan corto al menos por un tiempo.
- Que no usaré delineador líquido.
- Que no comeré guatitas, tampoco coliflor.
- Que como sé que hoy el tiempo se descuenta, trataré de construir algo más.
- Y que espero que nadie muera sorpresivamente, que nadie se siga decepcionando de mi, que podamos disfrutar de grata compañía, que tengamos a alguien que aguante nuestras odiosidades pero que también nos diga cuando es suficiente.
- Que no quiero enfermedades, ni dolores ni cesantías ni frustraciones…pero como sé que vendrán, espero que haya tesón y pilotos.
Y que sean muchos más… Amén

domingo, diciembre 23, 2007

La vida está en otra parte


El hombre que ha sido desterrado del refugio seguro de la infancia, quiere entrar en el mundo, pero, al mismo tiempo, le teme, y por eso crea con sus versos uno artificial, supletorio. Deja que sus poemas giren en torno a él, como las plantas lo hacen alrededor del sol; se convierte en el centro de un pequeño universo, en el que nada le es extraño, en el que se siente en su casa, como el niño dentro de la madre, pues todo está hecho de la misma materia que su alma.
Allí es donde puede realizar todo eso que afuera es tan dificil; allí puede, como el estudiante Olker, ir con las masas proletarias a la revolución, y como el virginal Rimbaud, azotar a sus pequeñas amantes, pero esas masas y esas amantes no están hechas de la materia hostil de un mundo extraño, sino de la materia de sus propios sueños; son, por lo tanto, lo mismo que él y no interfieren la unidad del universo que ha construido para sí mismo. "


Milan Kundera
La vida está en otra parte (fragmento)

viernes, noviembre 09, 2007

lo lamentable es el trecho entre decir y hacer...

¿salir por la puerta ancha o tirarse por esa ventana con total arrojo y reventarse la cabeza en mil pedazos?
¿ esperar el cambio o asumir de una vez por todas esa temida actitud punk?
¿ esconderse, ausentarse, taparse la boca, mirar hacia abajo o evidenciar desde las tripas todo, absolutamente todo?

Cambios drásticos, decisiones que definan, palabras que signifiquen, arrojo cargado de razones y sentires. Y algo de ayuda (ya sea en forma de psicotrópicos, endulzantes, música, drogas, férreas amistades, malas series de tv. y bla bla bla) para aguantar estoicos mientras nos hacemos las preguntas y aceptamos las respuestas.

miércoles, octubre 31, 2007

¿Habrá que tomar un poco de aire y atender el teléfono como para volver?



Qué guevada esta de la soledad y esa enfermedad de fijarse en asuntos que no han sido jamás. De ahí esa rabia a veces incontenible, esas ganas de cerrar la puerta bajo llave y poner la música tan fuerte como para distraerse de esas mil palabras que rondan en la cabeza, esos conceptos como “looser”, que retumban más cuando sólo un par de horas atrás una de esas pocas personas que logran tocarte te lo ha dicho fuerte y claro. Entonces, por supuesto, vienen esas lágrimas que descansan rabiosas y se aguantan la salida, pero están ahí, que finalmente es lo que importa.
Y uno comienza el paseo por todas esas ideas demoledoras sobre uno mismo, esas verdades que no nos apetecen pero que revientan en la cara. Y de nuevo las ganas de llorar, de no querer pensar. Para eso uno escribe pensando que así se exorciza la rabia, los miedos, las cobardías, toda la mierda acumulada por años y años, cuya prolongada permanencia la declara reina y señora de los malos momentos, ese invitado de piedra que se deja caer cuando uno se siente insignificante, insulso, Infeliz…esa es una buena palabra para definir esa sensación de no tener nada…nada.
Entonces también vuelve a evidenciarse violentamente esa incapacidad de conseguir una felicidad, temporal como se supone que es, por cierto. Y uno siente que no quiere más, se pregunta cuándo llegará el momento, qué es lo qué pasa, dónde está esa gran falla, en qué momento uno decidió esquivar la sensación de sentirse completamente bien sólo por un largo rato. La cosa es que uno nunca tomó esa opción y piensa que ha hecho, justamente, algunos intentos por conseguir lo contrario. Pero nada pasa.
Y a medida que uno escribe la rabia va pasando, y como que se transforma en algo peor, pena creo que le llaman, y eso es peor porque sentir pena por uno mismo debe ser por lejos el escenario menos afortunado de un hombre.
Además, después de estos momentos en lo que uno se siente terriblemente miserable, siguen ausentes las respuestas y sigue en penumbra absoluta el cómo hacer que las cosas sean distintas.
Qué rabia no…qué impotencia…habrá que tomar un poco de aire y atender el teléfono como para volver.
Pero de tanto volver es precisamente que uno se olvida de eso que nos hace sentir mal y así se acumula por años y años…