sábado, diciembre 09, 2006

Gracias por el Fuego



Transpiro como un condenado. El aire está tenso, pero ya sé que nada va a estallar. ¿Qué puedo decirme? Este es el momento, estoy seguro. En los días en que estuve alegre, siempre me falsee, siempre creí en lo que no soy, la vida color de rosa, etcétera. En las noches en que me sentí tan mal como para llorar a gritos, no lloré a gritos sino silenciosamente, tapado por la almohada. Pero allí también uno exagera. No se puede ser lúcido con el pecho hinchado de congoja, o de desesperación. Mejor llamémosle desesperación. Sólo para mí, claro. Que los demás cuelguen sus etiquetas: hipocondría, neurastenia, luna. Yo he llegado a un pacto conmigo mismo y por eso la llamo desesperación. Este es el momento, estoy seguro, porque no estoy ni alegre ni desesperado. Estoy, cómo decirlo, simplemente tranquilo. No, ya me falseo. Estoy horriblemente tranquilo. Así está mejor.

Mario Benedetti en "Gracias por el fuego".

2 comentarios:

MagnoliaNegra dijo...

Juanita..Juanita....cómo van las calamidades.

Anónimo dijo...

gracias por el fuego.....pero me abruma estar en llamas.